Nuestra Historia
Todo empezó en 1976 con un sueño audaz: Enrique, nuestro fundador, no quería un trabajo de oficina. Impulsado por la libertad y el deseo de crear algo propio, se lanzó a las rutas, recorriendo el interior del país. En esos viajes, más que productos, descubrió personas y, a través de la honestidad y la dedicación, construyó los lazos que se convertirían en nuestra base de clientes.
El nombre de la empresa, Le Mans, evoca la masilla plástica más popular de los años 70, un guiño nostálgico a la era en la que todo comenzó. En uno de esos viajes, conoció a Cristina, quien se unió a él para forjar el futuro de la empresa y la familia. Juntos, crecieron no solo como pareja, sino como un equipo que puso el corazón en cada decisión de negocio.
Con el tiempo, la nueva generación se sumó a la misión. Javier, su hijo, se unió a la empresa, aportando nuevas ideas para mantenerse relevantes en un mundo en constante cambio. Hoy, estamos listos para los nuevos desafíos que nos plantea la tecnología, enfocados en afianzar relaciones a través de nuevos canales sin perder la esencia que nos ha caracterizado: el contacto directo, personal y la absoluta honestidad.
Distribuidora Le Mans es más que un negocio; es una historia familiar, un legado construido sobre la confianza y la conexión humana. Nos enorgullece seguir sirviendo a nuestros clientes, uno por uno, con la misma dedicación que nos guió desde el primer día.
